Una hernia cervical ocurre cuando el núcleo interno de un disco del cuello se hernia o sale hacia afuera del disco, lo que presiona la raíz del nervio cercano. Esta condición generalmente se presenta en personas de entre 30 y 50 años de edad. Aunque la hernia cervical puede originarse por lesiones en el cuello, los síntomas aparecen de manera espontánea.

Cuando un nervio cervical es «atrapado» o presionado por el material del disco herniado, se origina un dolor de brazo que se propaga a lo largo de la vía nerviosa hacia el brazo. Este dolor de brazo puede venir acompañado de entumecimiento y hormigueo en el brazo y los dedos, así como debilidad muscular.

Aunque los discos de la columna cervical no son muy grandes, el espacio disponible para los nervios es limitado. Esto significa que incluso una pequeña hernia cervical puede afectar el nervio y causar un dolor significativo. El dolor de brazo es especialmente intenso cuando el nervio es atrapado por primera vez.

A continuación, en Revitamed te explicamos las causas, síntomas y tratamientos para la hernia cervical.

hernia cervical

¿Cuáles son los síntomas de una hernia cervical?

Los síntomas de una hernia cervical pueden variar dependiendo de su ubicación en la columna vertebral. En general, los síntomas pueden afectar el cuello, los brazos, las manos, los dedos y algunas áreas de los hombros. La localización de la hernia determina los patrones de dolor y los déficits neurológicos que se experimentan.

La columna cervical consta de siete bloques óseos apilados, numerados del C1 al C7. El nervio afectado por la hernia cervical depende de la altura en la que se produzca la lesión. Por ejemplo, una hernia de disco en el nivel C5-C6 afectará la raíz del nervio C6.

A continuación, en Revitamed te describimos los patrones de dolor más comunes asociados con diferentes niveles de hernia cervical:

  • C4-C5 (raíz del nervio C5): dolor en los hombros y debilidad en el músculo deltoides en la parte superior del brazo. No suele causar entumecimiento ni hormigueo.
  • C5-C6 (raíz del nervio C6): debilidad en los bíceps y en los músculos extensores de las muñecas. Entumecimiento, hormigueo y dolor que se irradian hacia el lado del pulgar de las manos.
  • C6-C7 (raíz del nervio C7): debilidad en los tríceps y en los músculos extensores de los dedos. Entumecimiento, hormigueo y dolor que se irradian hacia el tríceps y el dedo mayor.
  • C7-T1 (raíz del nervio C8): debilidad en la empuñadura, entumecimiento, hormigueo y dolor que se irradian hacia el brazo, hasta la zona del dedo meñique de la mano.

Es importante tener en cuenta que estos patrones de dolor no son absolutos y pueden variar de persona a persona. Además, el patrón de dolor se conoce como radiculopatía cervical.

Causas y factores de riesgo de la hernia cervical

La hernia cervical se produce a partir de la degeneración de los discos, lo que lleva a una rotura de los mismos y/o un desplazamiento del núcleo pulposo. Se trata de una patología que, en muchas ocasiones, puede impedirnos hacer una vida normal.

Entre los principales factores de riesgo para la hernia cervical se encuentran:

  • El exceso de peso corporal
  • Los trabajos que requieren uso de la fuerza
  • Levantar objetos pesados
  • La genética
  • El tabaco
  • Estar sentado largos períodos
  • El sedentarismo
  • Traumatismos o lesiones de la columna

Síntomas de la hernia discal cervical

Los signos de una hernia discal cervical son cruciales para una detección temprana y buscar atención médica inmediata para garantizar un tratamiento y recuperación óptimos. Los síntomas pueden surgir principalmente de dos trastornos diferentes:

  1. Radiculopatía: Cuando una hernia comprime una raíz nerviosa, se produce cervicobraquialgia, dolor que se extiende desde el cuello hacia el hombro, brazo y dedos. Esta afección continua puede provocar trastornos nocturnos, como insomnio, hormigueo en el brazo y/o mano (parestesias) y, en casos más graves, disminución de la sensibilidad (hipoestesia), debilidad y mareos.
  2. Mielopatía: Si la médula espinal está comprimida, se presentan síntomas más graves, como cambios en la marcha, problemas con los esfínteres y anomalías en la sensibilidad y fuerza en las extremidades superiores e inferiores.

¿Cuál es su tratamiento?

Para diagnosticar una hernia discal cervical, se necesita una exhaustiva revisión de la historia clínica, examen físico del paciente y pruebas complementarias, como radiografías cervicales, resonancias magnéticas y electromiogramas.

Si un paciente experimenta cualquiera de los síntomas mencionados, es necesario buscar la atención de un traumatólogo especialista. El médico llevará a cabo una evaluación física para determinar los puntos en los que el paciente experimenta dolor. Luego, se pueden realizar otras pruebas de diagnóstico, como radiografías o resonancias, para determinar la gravedad y ubicación precisa del dolor. En casos más complejos, se pueden realizar tomografías computarizadas para examinar los huesos, los tejidos blandos y los vasos sanguíneos.

Si hay una sospecha de compresión medular, el médico llevará a cabo un examen neurológico del paciente (mielograma) para evaluar el estado de la médula espinal y las raíces nerviosas.

En el tratamiento de la hernia discal cervical, si el cuadro clínico no es grave, no se requiere cirugía. Además de los antiinflamatorios, es recomendable iniciar un tratamiento natural para la hernia discal y seguir los ejercicios recomendados por el especialista, como automasajes y estiramientos.

¿Cuándo y cómo saber si se necesita cirugía?

En los casos más graves de hernia discal cervical, la cirugía puede ser una opción necesaria. La operación consiste en la eliminación del disco herniado y su sustitución por un disco artificial que cumple la misma función que el retirado.

El equipo de traumatología del Dr. Elgeadi dispone de expertos en endoscopia avanzada de columna que realizan una cirugía mínimamente invasiva que conserva el movimiento natural de la columna y evita las complicaciones de la artrodesis.

El procedimiento implica una pequeña incisión de aproximadamente dos centímetros en el cuello, siguiendo la línea de la flexura cervical. Se elimina la hernia que comprime la raíz nerviosa y/o la médula, y se sustituye por una prótesis de disco que mantiene la movilidad y evita las limitaciones en el cuello.

Después de la cirugía, el paciente puede ser dado de alta en tan solo 24 horas sin necesidad de usar collarín. Además, no hay restricciones en cuanto al movimiento del cuello desde el momento de la recuperación de la anestesia.

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